5.27.2009

Confirmado: Romance entre Luisana Lopilato y Michael Buble

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Luisana & Bublé
Un flechazo que acaba de cumplir seis meses
Se conocieron a fines de noviembre, cuando el canadiense vino a presentarse en el Gran Rex. En enero, él la invitó para que visitara el Disney de Orlando con sus hermanos. Y hace tres semanas, a que festejara el cumpleaños a su lado, en Los Angeles. Dato a dato, les contamos la verdadera historia de amor entre una de las actrices argentinas más exitosas de la nueva generación y el cantante de clásicos del momento, once años mayor.


Querés la verdad?

–Lógico, únicamente la verdad. Cuéntenos, por favor, cómo marcha su relación con el cantante y actor canadiense. La escuchamos.
–Pisé Los Angeles por unas ofertas profesionales y aproveché para ir a una entrega de premios, porque estaba invitada. Nada más.

–Disculpe. Nos preguntó si queríamos la verdad... ¿o no?
–Es que hablaron tantas... No hay romance, no hay nada. Cuando haya romance, cuando haya algo que declarar, lo voy a declarar.

–Pero...
–Pero no es el momento.

Y sigue caminando, sin detenerse, la porteña Luisana Loreley Lopilato, con esos 45 kilos, su 1,65 m, sus ojos celestes, su cabello rubio sauvage y aquellos ya legendarios 95-56-83 centímetros de contornos que, por un momento, hacen olvidar al fotógrafo y al periodista de GENTE por qué se acercaron el domingo 24 al Broadway 2... Ah, perdón, con el fin de abordarla: ahora recordamos mientras escribimos la crónica... Y no abordarla porque sea una de las actrices más exitosas de la nueva generación, porque se haya convertido en un imán para los espectadores de su edad (y para los papás de los espectadores de su edad) o porque pronto quizá vuelva a encabezar un suceso de la talla de Chiquititas, Rebelde Way, Casados con hijos o Alma pirata. Hoy la abordamos por un tema que –todos, los conocidos, los amigos y la prensa nacional e internacional– confirman y –sólo– Luisana niega: su romance con Michael Bublé (33), el crooner, el cantante de clásicos internacionales del momento.

25 DE NOVIEMBRE DE 2008. ATRACCION FATAL. Transcurrieron justo seis meses desde el día en que se cruzaron por primera vez. La madrugada previa a su debut en el Gran Rex, Bublé, recién arribado a Ezeiza, se había ausentado de su hotel, tentado por una talentosa, divina y morocha actriz argentina que conoció en el vuelo que los trasladaba desde Brasil, y que terminó invitándolo a su casa. Tras el show, al que asistieron Araceli González y Carolina Peleritti (cuidado que ninguna de ambas es la actriz talentosa, divina y morocha que nombramos), el artista decidió brindar un after show en el Sofitel, donde se alojaba. Conscientes de la admiración e histeria que Lopilato provocaría desde las filas cercanas al escenario, incluso parada sobre su butaca, los organizadores decidieron invitarla. Entonces Luisana, su hermana Daniela y Rodrigo Guirao, que ya estaban en el estacionamiento prestos a partir, aceptaron. Minutos luego, en la cabecera de la mesa del salón central, ordenando vino, cerveza y whisky, Michael no dejaba de mirar a Lopilato, haciendo enormes esfuerzos para comunicarse. Por la mañana, alucinado, Bublé pidió el mejor profesor de inglés de la ciudad. Arrancó el segundo concierto e, informado de la presencia de la talentosa, divina y morocha actriz argentina (que entró a la sala luciendo espectaculares shorts blancos y botas al tono), lanzó la consigna: “Hay que evadirla”. Tras el recital, se preparó un ágape en el hotel. A las Lopilato se sumaron Brenda Gandini y Alejandro Lerner. Al despedirse, Michael le espetó a Luisana: “Deberías aprender inglés. Tendrías muchas posibilidades de triunfar en Norteamérica. Tengo contactos allá”. Por la mañana él –¿íntimo de Leo DiCaprio?– partió hacia Manhattan.

“MUJERES, DIOS, ¡ESTOY ENCAPRICHADO CON ELLAS!”. “Ante todo, un gran seductor”, lo definen algunas de las damas que lograron conocerlo. Ejemplo, la cantante americana Heather Fogarty, y las actrices Debbie Timuss y Emily Blunt (El diablo se viste a la moda; tardó un par de años en blanquearla), quien cortó tiempo atrás, molesta por una supuesta infidelidad del artista. “Admiro al sexo femenino. Cuán inteligentes son las damas. Tanto que nos hacen sentir que nos estamos saliendo con la nuestra cuando en realidad nos controlan como a su mascota boba. Mujeres, Dios, ¡estoy encaprichado con ellas!”, opina admitiendo que le gustan Halle Berry, Jennifer Lover Hewitt y Tyra Banks, y considerándose “un romántico empedernido. A los 8 años, como no tenía dinero para adquirir la cantidad de rosas que necesitaba, le regalé a mi noviecita una caja con dos viejos zapatos repletos de chocolates marca Hershey’s Kisses y la nota: ‘Caminaría mil millas por uno de tus besos’”.

Michael Steven Bublé (9/9/1975, Burnaby, British Columbia, Canadá; descendiente de pescadores italianos, amante del jazz), entretanto, disfruta las mieles de un suceso importante. Lleva 15 millones de discos vendidos de 1995 a la fecha, el último (Call me Irresponsible, 2007), ganador del último Grammy entregado al Mejor Album Pop Tradicional; y aguarda con especial ansiedad el lanzamiento del DVD/CD Michael Bublé Meets Madison Square Garden– saldrá en nuestro país el 16 de junio, vía Warner Music–, que puede elevarlo de manera definitiva al Olimpo musical. Un apunte extra: su concierto en el Madison le siguió al viaje en que conoció a Luisana. Sí, sí: todos los caminos conducen al amor. “Trabajo mucho. Es difícil estar en pareja. ¿Cómo te sentirías con alguien que puede susurrarte: ‘Te amo, bebé... Nos vemos en ocho meses’? Cuesta que funcione. He transitado celebraciones de San Valentín bastante solitarias”, ha admitido antes de regresar unas semanas atrás a Buenos Aires para compartir quince días con Lopilato en un campo de las afueras de la ciudad.

“ME SIENTO TAN EXPUESTA QUE PREFIERO NO ACLARAR... Siempre publican cosas que piensan los demás y no son las cosas que yo digo. Estoy abocada a lo laboral. Me pongo mal. De estos temas personales no quiero hablar”, comentaba Luisana, molesta, en nuestra edición 2280, del 31 de marzo, cuando, durante un descanso en el rodaje de Papá por un día, junto a Nicolás Cabré, le consultamos si se había separado del tenista Juan Mónaco, su pareja después de Felipe Colombo y Mariano Martínez. Con el correr de los días, ciertos rumores –hasta allí no confirmados– comenzaban a darle entidad a la historia: Bublé convenció en enero a los Lopilato de visitar Hollywood y luego Disney, en Orlando, gastos a su cargo, y ahora, en mayo, le adelantó a Luisana que la esperaba, otra vez, en L.A. para festejar su cumpleaños número 22, el lunes 18. La diosa aceptó y a las pocas horas, el martes 19, caminaban juntos y sonrientes la red carpet de la gala de la BMI (Broadcast Music, Inc.), compañía que representa a 375 mil compositores de distintos géneros y lleva registrados 6,5 millones de temas. El jueves, la muchachita retornaba a su tierra natal sin compañía masculina.

Cuestiones laborales, que le llaman, ya que Michael debió cancelar sus dos reservas en American Airlines. “Intentaré volar, si bien nada puedo prometerte”, se lamentó de antemano, consciente de que Lopilato no faltaría a la pospuesta celebración familiar de su cumple ni tampoco al estreno, el fin de semana, de Socorro, malcriados: el musical adolescente que Darío comparte con Ana Acosta, Emmanuel Arias y Agustina Attias, la hermana de Emilia, y dirige Pablo Drigo. “Le entregó una garra increíble, se lo merece”, advirtió la actriz. Y se vino.

“Partí, me fui, porque hacía tiempo que necesitaba vacaciones”. “Con Michael está todo bien, y no somos novios”, fueron las únicas frases que deslizó el viernes a la noche, antes de apagar las 22 velitas. Según cuentan sus afectos cercanos, “por respeto a Pico Mónaco, prefiere evitar el tema ante la prensa. Adora a Juan y bajo ningún punto de vista desea herirlo”, explicaron, al tiempo que dentro de su casa de Parque Chas, Luisana agasajaba a los invitados con comida mexicana (nachos con crema y fajitas de pollo y carne; de postre, helado de Freddo), juegos, baile, luces y un DJ contratado para la ocasión. ¿Regalos? Varios, y uno especial: la camiseta de River Plate firmada por el colombiano Radamel Falcao. Despedida de madrugada, a las 4:14. Silencio hasta dentro de un rato. Léase, catorce horas y monedas...

–No es el momento.
Repite Lopilato su elegante evasiva dejando, a las 18:32, el teatro de la avenida Corrientes 1155, saludando a lo lejos e introduciéndose en el auto familiar. ¿Familiar, mencionamos? Ultimos recursos... Ahí llega la madre, Beatriz (Betty): “De lo que difunden los medios, mi hija va a charlar cuando lo crea conveniente”. Ahí llega el padre, Eduardo. Se nos va. Ahí llega la hermana, Daniela: ídem. Ahí llega el hermano, Darío: “¿Si me gusta Gran Cuñado? (larga una carcajada). Del tema Gran Cuñado no tengo nada para comentar”. Apenas faltó que llegara Michael Bublé, la flamante pareja de Luisana, la que Lopilato niega.
Por Leonardo Ibáñez. Fotos: Pikopress, Warner Music, Enrique García Medina, Francisco Trombetta, Walter Papasodaro, Fabián Uset, Reuters, AFP y archivo Editorial Atlántida.

Mas fotos de los dos en http://telenovelasyestrellasfotos.blogspot.com

Fuente: Gente

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